Haine

† Descripción Física:

Haine es de contextura delgada pero atlética, por lo que es ágil y sigiloso y de mucho cuidado cuando se decide a atacar. Es de cabellos blancos al igual que su pálida piel, que a la vez funciona como lienzo dejando ver como si fuesen una obra de arte las cicatrices de tortura marcadas en su cuerpo. Sus cabellos los lleva revueltos como si no se peinase, dejando que la gravedad y el viento lo acomoden a su antojo, su ropa por lo general es oscura, usando una playera, pantalones y botas dentro de esta gama, pero con chalecos y guantes de cuero siempre de color negro.

Sus ojos escarlatas siempre están atentos a lo que sucede a su alrededor. Su mirada es intensa y trasmite lo que siente y lo que percibe, sus ojos, suelen tomar un color más vivo y luminoso cuando se siente en peligro, o cuando está a punto de atacar, pero su trasformación completa al ser un hibrido solo está en sus garras y filosos colmillos, que si bien, podrían ser un gran arma para alguien con temor al mundo como él, también representa un arma de doble filo ya que su conciencia humana pierde valor cada que esto sucede. Haine es un ser violento por naturaleza y por instinto. Desconfiado por sus vivencias y bastante arisco.

Algo muy destacable en él a plena vista, es una venda blanca que rodea su cuello, en el cual, se marca una clara cicatriz del collar que lo aprisionó por muchos años. Por eso no le gusta mostrar su cuello y mucho menos que toquen o acaricien esa zona la cual se ha convertido en su punto más sensible, al igual que su olfato, que al tener las características del de un perro, suele verse afectado por los olores fuertes.

Haine es un chico energético, impulsivo y terco principalmente, no le teme a la muerte ni piensa mucho en las consecuencias de sus actos. Fue prisionero desde muy temprana edad, de ahí su resentimiento con el mundo, con la vida y con aquellos seres que ahora tienen el control. Indomable y de carácter inquebrantable, aunque sin muchos principios, no le preocupa su paso, aunque no sabe mucho de éste y tiene pocas expectativas para el futuro. Es algo infantil e inmaduro debido a sus pocos roces con la sociedad y suele enojarse fácilmente, sin pasar a mayores, más que todo hacer berrinches por trivialidades. También es una persona escandalosa y terca, que no obedece a nadie y que le cuesta aceptar sus errores, pero que siente una extraña necesidad de compañía, por lo que hace cualquier cosa por no estar todo el tiempo solo. Su capacidad de distinguir lo bueno de lo malo es casi nula, aunque por lo general suele sentir placer cuando le hace daño a otras personas, aún así, Haine no carece de sentimientos, solo que hay muchos de estos que desconoce como el amor, la confianza o la tristeza.

Es algo bipolar, no es del todo humano pero tampoco es cien por ciento una bestia, es alguien intermedio, un híbrido, con capacidad de razonar pero que se mueve más por instinto, por lo que puede decirse que la inteligencia no es su punto fuerte. Sueña con ser un ser libre que camina sin rumbo fijo por un camino que lo lleva a ningún lugar, pero también, una pequeña parte de él, desea ser controlado y sodomizada por alguien, es codependiente y por más que desee ser libre jamás podrá escaparse de su jaula interna, ya que solo se siente completo cuando hay alguien a su lado diciéndole qué hacer.

† Historia:

Hasta donde recuerda, su historia comienza en una prisión, aun siendo niño, aun cuando no entendía como se movía ese turbio mundo en él que había nacido y cuando la justificación por esa cosa que apresaba su cuello se basaba en insultos incomprensibles. Poco a poco fue perdiendo el interés de cómo o porqué había llegado allí, y solo se fue interesando en escapar. Aquel pequeño niño creció entre el desprecio, la humillación y malos, ya que, en ningún momento aceptó ese título de esclavo que otros le impusieron. Era un espíritu libre, atado a un lugar donde simplemente no debería estar, no conocía otro sitio aparte de ese, pero sabía que no pertenecía allí, y eso le valía por hacer cualquier cosa por escapar.

No fueron uno, ni dos intentos por parte del peliblanco, fueron muchos planes de huídas fracasados y que terminaron, con dolorosos castigos hacía su persona, lo que incrementaba su odio y avivaba sus ganas de salir pronto de allí. En un periodo de tranquilidad, o frustración, donde se mantuvo pasivo y sin causar mayor molestias, volvió a compartir habitación con otros que padecían su misma condición y con los que compartía más que ese infame destino de ser vendidos con víveres de mercado. No, ellos también soñaban con esa añorada libertad, algo totalmente desconocido para Haine, pero que deseaba alcanzar por sobre todas las cosas.

El día que escaparon las cosas no fueron tan fáciles como las habían planeado y para poder conseguirlo tuvieron que asesinar a uno de los vigilantes del lugar, cosa que el peliblanco disfrutó bastante, aunque no más que quitar ese pesado collar de su cuello, donde las marcas de años y años de maltratos estaban perfectamente retratados en una horrible cicatriz la cual odia tanto como aquel lugar, por eso la oculta tras las vendas y se pone a la defensiva cada que intentan tocar esa parte de su cuello.

Pero su utopía de libertad pronto se vio empañada por una cruel realidad, nunca había sido una persona “libre” o por lo menos no recordaba serlo, por lo que y aunque disfrutaba de estar lejos de la prisión, aún se sentía incompleto. Los únicos lazos que tenía era con aquel lugar repleto de recuerdos que quería borrar, no tenía nada más; y empezar de cero, en un mundo donde tenía que esconderse por no ser un “Vampiro”, no parecía se la idea más tentadora, pero era la única opción que le quedaba hasta el momento.